Anna Puig, La Petita Ànima. BAS TV | DIPUTACIÓ DE BARCELONA
Anna Puig, La Petita Ànima. BAS TV | DIPUTACIÓN DE BARCELONA

Anna Puig: «Poder utilizar la quesería colectiva ha sido fundamental para crear mi empresa»

Anna Puig es una joven emprendedora de Sant Just Desvern que ha encontrado su vocación en la elaboración de productos lácteos. En esta entrevista, nos habla de su relación con el mundo rural y la importancia de apoyar a los artesanos alimentarios novatos.

Anna Puig (Barcelona, 1988) es una joven emprendedora que ha encontrado su vocación en la elaboración de lácteos artesanos. Pese a no tener antecedentes rurales directos, sus experiencias en una masía de Arbúcies durante los fines de semana de su infancia le despertaron el gusto por la naturaleza. El contraste con su día a día en Sant Just Desvern, donde creció, le abrió el corazón hacia una vida en contacto con la tierra. Una vida que ahora comparte con su compañero, Mateu Cañelles (Sabadell, 1986).

La pareja reside en el Parque Rural del Montserrat y trabaja en el obrador compartido del Lluçanès, donde producen los quesos y yogures de La Petita Ànima, su empresa. Inmersa en un entorno que le proporciona la paz y el equilibrio que buscaba, Anna es feliz. Le gusta trabajar con sus manos y hacer buenos productos con ingredientes de proximidad. Pero además de su pasión por los lácteos, encuentra placer en otras actividades como caminar por la montaña y formar parte de los Potes Roges, el grupo de castellers de Vacarisses.

En esta entrevista, Anna nos habla de su relación con el mundo rural, la creatividad que impulsa la cultura quesera y la importancia de apoyar a los emprendedores que comienzan.

 


 

¿Cómo descubriste tu pasión por la elaboración de lácteos artesanos?

Pese a no tener antecedentes rurales directos, mis padres alquilaron una masía en Arbúcies durante muchos años. Yo crecí en Sant Just Desvern, que no es precisamente una zona rural, pero el tiempo que pasábamos en la masía, lejos de la ciudad, me abrió la mente hacia un estilo de vida más rural. Fue una experiencia que me marcó y, cuando más adelante se me despertó el interés por trabajar en un proyecto personal y con autonomía, decidí encaminarme hacia una actividad más artesanal, como la producción de quesos. La naturaleza siempre me ha llamado la atención, y aunque durante la adolescencia quería estar con las amigas y disfrutar de la ciudad, con el tiempo he valorado más los momentos pasados en la montaña.

 

«El tiempo que pasábamos en la masía, lejos de la ciudad, me abrió la mente hacia una vida más rural» Anna Puig

 

¿En qué momento decidiste que querías dedicarte profesionalmente a ese oficio?

Todo empezó con la necesidad de un cambio. Después de mi formación en turismo y una temporada trabajando, sentí la llamada de llevar una vida diferente. Decidí marcharme y trabajar de au pair, una experiencia que duró casi dos años. A su regreso, aunque mi entorno seguía igual, yo había cambiado profundamente, y eso me empujó a buscar una nueva dirección profesional. Para explorar nuevos caminos, realicé un voluntariado en Estados Unidos a través de la asociación internacional WWOOF. Allí trabajé en una granja que tenía un rebaño propio de cincuenta cabras, las ordeñaban y hacían sus propios productos. Esto me permitió participar en todo el proceso productivo, desde ordeñar y elaborar los quesos hasta prepararlos para la distribución y venderlos en el mercado semanal. Esta experiencia me permitió confirmar que, pese a la dureza del trabajo, quería hacerlo. A mi regreso, decidí buscar formación específica, empezando por la Escuela Agraria de los Pirineos, donde aprendí sobre la producción de yogures, mantequilla y quesos. Más tarde, amplié mis conocimientos con un curso básico organizado por el Consorcio del Lluçanès y, unos meses más tarde, profundicé aún más en un programa extensivo en el Quall, la quesería colectiva de Alpens, donde, además de aprender mucho, tuve la oportunidad de familiarizarme con el espacio.

 

¿Qué te llevó a emprender tu propio negocio quesero?

Después de la formación en el Quall, decidí realizar una inmersión profesional en la elaboración de quesos y trabajé en La Frasera, una quesería artesana que hay en el Parque Rural del Montserrat. Esta experiencia fue fundamental para adquirir la experiencia necesaria antes de emprender mi propio camino. Además, poder utilizar un obrador compartido totalmente equipado para elaborar mis quesos era una oportunidad que no podía dejar escapar. Aunque residía en Vacarisses, producir en el Quall me permitía ahorrar en inversión inicial y probar si mis creaciones estaban preparadas para el mercado. Fundé La Petita Ànima en diciembre de 2022.

 

¿Qué te impulsó a elegir la producción de lácteos como tu oficio artesanal, en medio de tantas opciones disponibles? ¿Qué es lo que más te cautiva del mundo de la quesos?

El proceso por el que la leche se transforma en queso siempre me ha fascinado. Esta transformación me ha cautivado y me ha motivado a adentrarme más en el mundo de los quesos. Es un ámbito que, cuanto más investigas y aprendes, más te engancha. Me gusta experimentar y probar diferentes técnicas para descubrir las mejores prácticas en la producción de quesos. Para mí es un proceso continuo de ensayo y error, más que una ciencia exacta.

 

«El proceso por el que la leche se transforma en queso siempre me ha fascinado; es un proceso continuo de ensayo y error, más que una ciencia exacta» Anna Puig

 

¿Ha habido alguna persona o mentor que te haya influenciado significativamente en tu cambio de carrera profesional, del turismo a la artesanía alimentaria?

No. Mis propias inquietudes son las que me han empujado y guiado en este camino.

 

¿Qué variedad de quesos producís actualmente en La Petita Ànima?

Nuestra gama actual incluye un yogur natural con bífidos, un queso de pasta blanda llamado 'Fugaç', elaborado con leche pasteurizada, y un semicurado conocido como 'Xerraire', con una maduración de dos meses y la corteza frotada con cerveza negra sin gluten de cervecería La Sitgetana. Además, ofrecemos un queso curado llamado 'Salvatge', elaborado con leche cruda, que en marzo ganó una medalla de plata en la Feria del Queso Artesano y Catalán de Girona. También producimos un tupí de ratafía, es decir, una crema de queso fermentada con la ratafía de una productora que trabaja en otro obrador compartido: el de la Cooperativa Tres Cadires.

 

¿Qué materia prima utilizáis en la elaboración de vuestros productos?

Utilizamos exclusivamente leche de vaca que compramos directamente en la granja familiar Can Garduixeres, ubicada en Olost, en el corazón del Lluçanès. Es una granja pequeña, gestionada por dos hermanos, en la que ordeñan unas 50 vacas al día.

 

¿Por qué has elegido utilizar leche de vaca para la producción de tus quesos?

La decisión de utilizar leche de vaca está ligada a la situación actual del sector. Recientemente, hemos visto cómo muchas granjas catalanas han tenido que cesar su actividad por no obtener un precio justo por su leche y creo que es fundamental apoyar a nuestros agricultores y ganaderos. Como elaboradores, pero también como consumidores, creo que es crucial que nos informemos sobre el origen de los alimentos que adquirimos, reconozcamos su verdadero valor y apoyemos a las personas que los producen.

 

¿Qué importancia tiene la quesería colectiva del Lluçanès en la creación y el desarrollo de La Petita Ànima?

Como he mencionado anteriormente, poder utilizar la quesería colectiva ha sido fundamental para crear mi empresa. En primer lugar, me ha permitido probar mis productos antes de lanzarlos al mercado sin tener que realizar una gran inversión inicial. Además, me ha facilitado la creación de sinergias con otros emprendedores, abriendo la puerta a posibles colaboraciones. Creo que debería haber más obradores compartidos en nuestro territorio, y no sólo para la producción de quesos, sino también para la elaboración de otros alimentos artesanos. La presencia de más obradores compartidos en todo el territorio beneficiaría a los emprendedores con recursos limitados, facilitaría el acceso a más personas e impulsaría la diversidad de proyectos.

 

«La presencia de más obradores compartidos en todo el territorio beneficiaría a los emprendedores con recursos limitados, facilitaría el acceso a más personas e impulsaría la diversidad de proyectos» Anna Puig

 

¿Cuál es tu opinión sobre el papel de las administraciones en el apoyo a los proyectos de elaboración de alimentos artesanos y otras iniciativas similares? ¿Crees que existen carencias en los recursos y las ayudas disponibles actualmente, y en qué sentido crees que las administraciones podrían mejorar su apoyo a este tipo de proyectos?

Aunque la iniciativa de la quesería colectiva impulsada por la Diputación de Barcelona en el marco del BCN Smart Rural está muy bien, creo que las administraciones deberían dedicar más recursos a estos proyectos y ofrecer un apoyo más decidido. Los obradores compartidos suponen una ayuda importante, ya que reducen la inversión inicial necesaria, pero también habría que incentivar a la juventud a reintegrarse al sector primario y a valorar la tierra. Encontrar tierras para la producción agrícola o ganadera es complicado, y las administraciones deberían intervenir para facilitar este proceso. Los obradores compartidos representan un valioso modelo productivo, tanto en el sector lácteo como en otros ámbitos alimentarios, y debería promoverse más este enfoque.

 

Has comentado que el obrador compartido es una gran oportunidad. ¿Podrías explicar más detalles sobre cómo fomentan la colaboración y el intercambio de ideas este tipo de espacios?

La colaboración es el corazón de estos equipamientos. Compartir espacio y conocimientos con otras personas permite crear sinergias, potenciando la posibilidad de fusionar proyectos independientes o incluso iniciar nuevas colaboraciones. Nunca se saben las oportunidades que un obrador compartido pueden ofrecerte.

 

«Compartir espacio y conocimientos con otras personas permite crear sinergias, potenciando la posibilidad de fusionar proyectos independientes o incluso iniciar nuevas colaboraciones» Anna Puig

 

¿Cómo funciona un obrador compartido?

Para utilizar un obrador compartido, debes enviar tu solicitud, que incluye la presentación de tu proyecto. Los candidatos son evaluados según distintos criterios, como el origen de la materia prima (en nuestro caso, la leche) y el plan de empresa. Una vez aceptada, puedes utilizar el equipo durante un máximo de horas semanales. Estas horas están limitadas para garantizar que todos los proyectos tengan cabida, pero son suficientes para producir.

 

¿En qué sitios se pueden adquirir los quesos de La Petita Ànima?

Principalmente, nuestros quesos se venden en el mercado Origen del Parque Rural del Montserrat. Además, hemos ampliado los puntos de venta en la ciudad de Barcelona y estamos presentes en los mercados de payés del Guinardó y Sants-Les Corts, donde tenemos paradas los sábados. Participamos también en diversas ferias y contamos con la colaboración de tiendas especializadas, como la quesería Ireneu de Barcelona. Para aquellas personas que nos lo solicitan, ofrecemos un servicio de reparto a domicilio.

 

¿Qué experiencia quieres que tengan los clientes con sus productos?

En primer lugar, espero que disfruten de los productos que están probando. También me gusta que conozcan la historia y el esfuerzo que hay detrás de cada queso, lo que se refleja en sus etiquetas. La mejor experiencia es cuando un cliente nos escribe para felicitarnos o vuelve al mercado para comprar otro pedazo de queso porque les encantó. Es muy gratificante.

 

¿Consideras que actualmente se valoran suficientemente los productos locales, de calidad y artesanales?

Tras la pandemia, se ha incrementado la valoración de los productos de proximidad. La sociedad ha redescubierto la riqueza de los productos locales a su alcance. Sin embargo, es esencial que se reconozca el ciclo completo. Desde el pequeño ganadero hasta el consumidor final, pasando por el productor de lácteos artesanales, esta cadena de valor merece ser valorada y remunerada justamente.

 

¿Crees que la sociedad es más consciente de la importancia de consumir productos de calidad y está dispuesta a pagar un precio justo por ellos?

Creo que la tendencia es hacia una mayor preocupación por lo que comemos y sus efectos a largo plazo. Yo no soy partidaria de eliminar la carne de nuestra dieta y basarnos exclusivamente en plantas, pero sí creo que es necesario cambiar nuestros hábitos alimenticios. Debemos consumir menos carne, pero de mejor calidad y procedencia. Es preferible que venga del vecino de al lado que de la otra punta del mundo.

 

¿Qué te aporta vivir y trabajar en un entorno rural como Vacarisses y Alpens?

Vivir en un entorno rural me proporciona tranquilidad y paz. Es un ambiente sereno, libre de ruidos, donde puedo disfrutar del canto de los pájaros. Aunque puede parecer idílico, me da un importante equilibrio interior. Me fascina pasear por la montaña siempre que tengo oportunidad. Además, formo parte de los Potes Roges, el grupo de castellers de Vacarisses, una actividad que me apasiona. Construir castilos humanos me permite desconectar y concentrarme en una sola tarea. Sin embargo, reconozco que, con mi trabajo, desconectar del todo puede ser un reto.

 

¿Cómo es tu día a día como quesera artesana? ¿Tienes una rutina establecida?

Como autónoma, mis horarios varían mucho. Intento establecer una estructura, pero el trabajo está condicionado por las tareas a realizar en cada momento. El día comienza madrugando y conduciendo hasta el Lluçanès para recoger la leche recién ordeñada, un viaje que dura unas dos horas. El proceso de elaboración del queso puede extenderse entre cuatro y seis horas, dependiendo del tipo de queso. Además, cada variedad requiere cuidados específicos, como girarlos o frotarles la corteza. La parte de la venta es tan vital como la producción. En resumen, los días son largos y las semanas, intensas.

 

¿Qué papel juega la creatividad en tu trabajo diario?

La creatividad es esencial en todo lo que hago. Aunque nunca me he considerado especialmente creativa, reconozco que esta habilidad es inherente al trabajo artesanal. Desde la selección de los fermentos hasta el corte de la cuajada y el moldeado, cada etapa exige un toque de creatividad. Incluso la creación del nombre de marca y el diseño del embalaje son resultado de un proceso creativo.

 

«La creatividad es esencial en todo lo que hago. Desde la selección de los fermentos hasta el corte de la cuajada y el moldeado, cada etapa exige un toque de creatividad» Anna Puig

 

¿Qué te inspira a la hora de desarrollar un nuevo producto lácteo?

Aunque considero que la mayoría de los quesos ya están inventados, siempre busco darles mi toque personal. Nuestra visión es ofrecer una gama diversa de quesos que permitan a nuestros clientes disfrutar de productos locales de calidad, contribuyendo a fortalecer la soberanía alimentaria del territorio.

 

¿Cómo logras fusionar la innovación con la tradición en la creación de tus quesos?

En Catalunya, quizás no tenemos una historia quesera tan extensa como otras regiones, pero esto no nos impide innovar con nuestras propias recetas. También creemos que el acercamiento del mundo rural a la ciudad es una forma innovadora de preservar la tradición. El consumo de lácteos es universal y creo que es importante establecer puentes entre la ruralidad y las grandes ciudades, donde existe una mayor concentración de consumidores.

 

¿Por qué escogisteis 'La Petita Ànima' ('La Pequeña Alma', en castellano) como nombre para vuestra empresa?

Optamos por un nombre que nos representara y con el que nos identificásemos. 'Alma' es una palabra que nos resuena profundamente, y como somos un proyecto pequeño, 'La Petita Ànima' nos parecía perfecto para simbolizar lo que somos: una quesería pequeña con grandes aspiraciones.

 

Entre los quesos que producís, ¿hay alguno que consideres tu favorito?

Todos nuestros quesos son únicos, pero el Salvatge ocupa un lugar especial en mi corazón. Fue el primero que creamos, el primero que llevamos al mercado y el primero que los clientes pudieron probar.

 

¿Tiene planes para ampliar la variedad de quesos en La Petita Ànima? ¿Tenéis algún nuevo producto en fase de desarrollo?

De momento, lo importante es consolidar lo que ya tenemos. Crear un nuevo queso es un proceso largo que requiere tiempo y paciencia. Quizás en el futuro podríamos ampliar la gama, pero ahora el foco está en reforzar nuestra marca y los productos existentes.

 

«De momento, lo más importante es consolidar lo que ya tenemos. Crear un queso nuevo es un proceso largo que requiere tiempo y paciencia» Anna Puig

 

¿Qué prácticas sostenibles incorporáis en vuestro proceso de producción?

Buscamos que tanto la leche como los productos adicionales, como la ratafía y la cerveza, sean del territorio. Además, utilizamos aceite del Parque Rural del Montserrat para el tupí. También envasamos el yogur y el tupí en botes de vidrio retornables y los reutilizamos.

 

¿Tienes previsto ofrecer talleres o cursos sobre la producción de queso?

Sí. De hecho, ya he ofrecido talleres de queso fresco en eventos como el 'Bienvenidos a Payés'. Son experiencias muy enriquecedoras tanto para mí como para las personas que participan en ellas, ya que aprenden sobre el proceso de producción y pueden valorar mejor el trabajo que comporta elaborar un queso.

 

¿Te has sentido bien acogida en el mundo rural?

Tanto en el Parque Rural del Montserrat como en el Lluçanès, la comunidad me ha recibido muy bien. Siempre que he necesitado ayuda o he tenido dudas, me han ofrecido apoyo. Estoy muy agradecida, especialmente porque cuando empiezas, hay muchas cosas que no sabes cómo funcionan.

 

¿Dónde te ves dentro de 10 años, tanto personal como profesionalmente?

Ahora mismo tengo 35 años, a punto de cumplir 36. Dentro de 10 años, me veo con La Petita Ànima consolidada, con un espacio propio donde tanto Mateu como yo podamos trabajar y vivir de nuestras creaciones, haciendo quesos. También me imagino con alguna criatura por casa.

 

Aunque has compartido muchas experiencias positivas, es evidente que ser emprendedora tiene también sus retos. ¿Cuáles son los mayores desafíos que has afrontado como emprendedora en este sector y cómo crees que las administraciones podrían mejorar el apoyo a los pequeños artesanos alimenticios como vosotros?

Ser autónoma significa que todos los departamentos de una empresa recaen sobre mí, lo que puede ser difícil. El aprendizaje es constante y gestionar el tiempo es un reto. La burocracia y la administración también pueden ser complicadas, pero con el tiempo algunos aspectos se van dominando, aunque siempre habrá nuevos retos a superar. Ser emprendedor es un camino difícil y las administraciones deberían ofrecernos más apoyo. Nos exigen que cumplamos los mismos procedimientos que las empresas grandes, pero con menos recursos. Si no quieren que tiremos la toalla, es importante que haya más ayudas y facilidades para los pequeños emprendedores.

 

«Ser emprendedor es un camino difícil y las administraciones deberían ofrecernos más apoyo» Anna Puig

 

Con la experiencia acumulada, ¿qué consejo darías a alguien que quiera empezar un proyecto como el vuestro?

El camino puede parecer difícil, pero si tienes claro tu objetivo, sigue adelante y lucha por conseguirlo. Si no lo consigues, no es un fracaso; lo importante es haberlo intentado. Probar cosas nuevas es parte del crecimiento personal, independientemente del resultado. Así que a los jóvenes emprendedores les diría que es un camino difícil, pero vale la pena seguir adelante y luchar paso a paso.

 

Lola Mayenco

Anna Puig, La Petita Ànima. PATXI URIZ | DIPUTACIÓ DE BARCELONA
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