Neus Monllor, una figura inspiradora en el mundo de la consultoría agrosocial y el impulso del cambio en el sector agrario, nació en Castalla en 1980 y, desde pequeña, ha explorado las conexiones entre la alimentación, el territorio y la sostenibilidad, tanto desde su experiencia personal y profesional como desde sus estudios. Es la autora principal de la guía “Nuevo campesinado”, una guía práctica editada por la Diputación de Barcelona para facilitar el acceso a la tierra a emprendedores agrarios. En esta publicación, Neus propone un modelo de dinamización agrícola y ganadera basado en la creación de Servicios de Acogida Payesa (SAP) en el ámbito local, unos espacios municipales de acompañamiento que incluyen herramientas como bancos de tierras, mentoría campesina, viveros de agricultores, espacios test agrarios, bancos de recursos y obradores y mataderos compartidos.
Con una formación académica consolidada, Neus obtuvo el título de doctora en Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Girona, que complementó con másteres en Comparación Internacional de Políticas Rurales y en Liderazgo y Gestión del Cambio. Hasta hace poco trabajaba como consultora independiente colaborando con otros profesionales y empresas del sector primario, pero ahora se encuentra inmersa en la fundación de un nuevo equipo, que pronto emergerá con el nombre Amaterra, una iniciativa destinada a promover un enfoque holístico hacia el campesinado y la sostenibilidad.
Los orígenes de su pasión por la agricultura y la alimentación se remontan a sus vivencias de niñez en Castalla, un pueblo del interior de Alicante, donde pasaba los veranos inmersa en un entorno rural rico en huertas, árboles frutales y animales de corral. De la mano de sus abuelos, aprendió a amar la tierra y sus regalos, pero es la cocina el punto culminante de esta historia, la actividad donde Neus encuentra su principal motivación para comprometerse con el campesinado. Después de aprender a cocinar con los programas televisivos de Karlos Argiñano, ha mantenido siempre una estrecha relación entre los ingredientes que utiliza en sus recetas y las personas que los producen. Con convicción, sostiene que «comer es una acción directa de política agraria: si consumiéramos productos del campesinado cercano, nuestros agricultores y agricultoras respirarían de otra manera».
Su afición por la cocina, el apoyo al campesinado de proximidad y el compromiso con la calidad y la diversidad de los alimentos locales, la llevó a vivir una experiencia muy enriquecedora en el mundo de la restauración. Durante cuatro años fue el alma del Espai Tomata, un restaurante de cocina comprometida en Burg, en el Pallars Sobirà, donde interiorizó el poder transformador de las elecciones alimentarias conscientes y el papel crucial que juega la comida en la construcción de un sistema agrario más justo y sostenible.
Esta filosofía la lleva a invitarnos a reflexionar sobre la influencia que tienen las personas consumidoras para modelar el futuro del campesinado con sus decisiones cotidianas. A través de su trayectoria y su compromiso con la nueva generación de agricultores y ganaderos, Neus Monllor nos ofrece una visión inspiradora y pragmática para afrontar los retos del sistema alimentario territorial, y nos recuerda que cada gesto, cada plato, cada compra, puede ser un acto de cambio y solidaridad con los productores locales y nuestro entorno.
¿Qué te inspiró a crear esta guía práctica para el nuevo campesinado?
Las entidades locales necesitan herramientas para abordar los retos sociales, económicos y ambientales que se presentan en sus territorios. La desagrarización del campo y la pérdida de capacidad productiva que hemos experimentado en los últimos años alertan a las instituciones públicas sobre la necesidad de promover iniciativas innovadoras para inspirar a una nueva generación de campesinado a emprender. La simplificación del trabajo de los ayuntamientos, las Administraciones más cercanas a las personas, fue una de las razones que nos impulsó a crear esta guía práctica para el nuevo campesinado.
¿Cómo describirías el concepto de nuevo campesinado y cuáles son sus principales características?
El nuevo campesinado es un concepto que surgió durante mi tesis doctoral hace más de diez años. En ese momento, identifiqué a un creciente número de personas que, sin tener orígenes agrarios, impulsaban proyectos relacionados con la alimentación desde una perspectiva centrada en el producto local, las prácticas agrarias respetuosas con el medio ambiente y las elaboraciones agroalimentarias. Esto me condujo a hablar de un cambio de paradigma que denominé "agrosocial". Considero que actualmente este concepto tiene aún mayor relevancia que hace unos años. Durante la investigación, también identifiqué a otro grupo de personas que se incorporaban a la actividad agraria como relieve familiar y que compartían este enfoque agrosocial; es decir, comenzaban a producir vino o queso, pasaban sus granjas a la producción ecológica, optaban por la venta en mercados locales, etc. Por tanto, mi contribución fue bautizar a toda esta ola de personas animadas con una mirada agrosocial como nuevo campesinado. Así pues, el nuevo campesinado está formado por perfiles tanto familiares como extrafamiliares que apuestan por modelos de producción y comercialización ligados a la tierra, las personas y la vida.
«El nuevo campesinado está formado por perfiles tanto familiares como extrafamiliares que apuestan por modelos de producción y comercialización ligados a la tierra, las personas y la vida» Neus Monllor
¿Cuál es el principal reto que afrontan las personas que desean incorporarse al sector agrario en la actualidad? ¿Y cuál es la principal oportunidad?
El mayor reto de las personas que quieren trabajar en el campo es conseguir un modelo de empresa viable y vidable; es decir, que después de los primeros años, puedan seguir activas y ganándose la vida de forma digna. El tema es que cada emprendedora parte de un punto distinto. Para aquéllas sin un origen agrario, el primer gran obstáculo es el acceso a la tierra ya los recursos productivos: empezar desde cero es una tarea ingente y sólo recomendable en algunos subsectores que requieren poca inversión, poca tierra y poco riesgo. Para las que siguen el camino de casa, son a menudo cuestiones personales, de mirada al mundo o de relaciones las que determinan si continúan o no con la explotación agraria familiar.
La gran oportunidad que tienen las personas que quieran incorporarse al sector agrario es la inmensa necesidad de alimentarse de forma saludable que tiene la sociedad. Comemos todos los días y debería ser imperativo tener un acceso más fácil a la producción agraria local. Muchas entidades están trabajando en esta línea y confío en que, poco a poco, la estructuración de los canales para acceder a los alimentos de nuestro campesinado se generalizará. Los retos son enormes, pero las oportunidades son aún mayores. Un pedazo de tierra será pronto un gran tesoro. Como sociedad, nos queda poco tiempo para empezar a valorar lo que tenemos cerca. Las crisis que vendrán nos lo impondrán.
«Un pedazo de tierra será pronto un gran tesoro» Neus Monllor
¿Qué papel juegan las políticas públicas y los entes locales en el fomento del emprendimiento agrícola y ganadero?
Las políticas públicas son fundamentales para que el ecosistema agrario funcione y no se vaya a pique. El agrario es un sector altamente regulado en el que muchos agentes van diciendo la suya, lo que hace que el día a día en el campo sea cada vez más insoportable desde el punto de vista normativo. Hemos visto recientemente que ésta es una de las principales reivindicaciones de muchos campesinos y campesinas que han salido a la calle. Más que legislar para fiscalizar, es necesario legislar para facilitar. Necesitamos la figura de la facilitadora agraria, una persona que ayude a las pocas que quedan trabajando la tierra y haga su día a día más transitable. Desde los entes locales se podría hacer mucho más por el campesinado. Los ayuntamientos, mancomunidades y consejos comarcales gozan de una proximidad que otras administraciones no tienen. Conocen el territorio, su historia en el sector primario, las familias que trabajan en él y todo lo que puede hacer que un sector como el agrario se sienta más apoyado y valorado.
«Más que legislar para fiscalizar, es necesario legislar para facilitar. Necesitamos la figura de la facilitadora agraria, una persona que ayude a las pocas que quedan trabajando la tierra y haga su día a día más transitable» Neus Monllor
¿Cómo funciona el Servicio de Acogida Payesa (SAP) que propone a la guía y qué beneficios aporta a las personas que quieren emprender un negocio agrario?
Esta guía propone que las entidades locales tengan a una persona encargada de un servicio integral con el objetivo de impulsar proyectos de emprendimiento y dinamización para garantizar que una nueva generación agraria tenga la oportunidad de implantarse en el territorio. El principal beneficio es que las personas interesadas en trabajar en el campo tienen un punto de referencia donde dirigirse. Disponen de una brújula, un punto de luz, unos ojos a los que mirar y hacer preguntas. Además, este servicio de acogida campesina incluye diversas herramientas que pueden ponerse a disposición de la persona emprendedora. Estas herramientas no deben ser gestionadas directamente por la administración local; lo esencial es que la persona que tiene una necesidad pueda satisfacerla.
¿Crees que los bancos de tierras y los espacios test agrarios son herramientas imprescindibles para facilitar el acceso a la tierra a las personas que desean iniciar un proyecto agrario?
Estoy convencida. Son herramientas básicas para aquellas personas que no tienen un origen agrario directo: si no tienes tierra, infraestructuras, conocimiento ni red de apoyo, tu proceso de incorporación al sector agrario es mucho más complejo, lento y pesado. Tienes una serie de necesidades que las personas que han nacido y crecido en una explotación agraria familiar no tienen. Tanto los espacios test agrarios como los bancos de tierras son elementos que facilitan la entrada en el mundo agrario. Hasta ahora, buena parte de las políticas públicas se han centrado en el momento en que una persona se da de alta e inicia su empresa. Este modelo es caduco, ya que sirve sobre todo a aquellas personas de casa de payés. Las que no proceden de familias con tradición agraria necesitan otras facilidades. Es necesario allanar el camino y desplegar una alfombra roja para todas las personas con ganas de emprender en el campo.
«Hay que allanar el camino y desplegar una alfombra roja para todas las personas con ganas de emprender en el campo» Neus Monllor
¿Cuáles son las experiencias más destacadas de bancos de tierras y espacios test agrarios en Europa y qué podemos aprender de ellas en Catalunya? ¿Existe alguna iniciativa europea de bancos de tierras o espacios test agrarios que hayan tenido un impacto significativo en la redacción de la guía y que se recoja como referencia?
Lo aprendido sobre las experiencias referentes es que cada una es un mundo. Resulta complejo identificar cuál aporta más o menos, puesto que cada una responde a las necesidades de su territorio. Sin embargo, sí podemos señalar algunos aspectos importantes a tener en cuenta, como una buena gobernanza, una clara apuesta por financiar estos proyectos y dotarlos de recursos o una mirada a largo plazo para evitar que estas iniciativas acaben convertidas en flores de un día. La guía recoge una buena variedad de ejemplos, y ciertamente cada vez hay más.
¿Qué es la mentoría campesina y cómo puede contribuir al relevo generacional en el campo?
La mentoría campesina es el apoyo que una persona que se está incorporando al sector agrícola recibe de otra que ya está establecida y de quien puede aprender directamente. Se trata de un acompañamiento, de un asesoramiento de igual a igual, donde los técnicos desaparecen de la ecuación para dar todo el protagonismo a los campesinos y campesinas que trabajan la tierra. Es un modelo que ha funcionado muy bien en otros territorios y que es cada vez más demandado. Este sistema pone en valor el conocimiento de las generaciones más experimentadas y, al mismo tiempo, facilita que el nuevo campesinado reciba formación de forma práctica, directa y eficiente. Es muy recomendable para cualquier ámbito, siempre que exista una voluntad de transmisión de conocimientos y de fomento de los vínculos agrarios basados en el respeto.
¿Qué otros recursos o equipamientos públicos recomiendan a la guía y cómo pueden mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad de los proyectos agroalimentarios del nuevo campesinado?
Más allá de facilitar el proceso de incorporación de una persona en una empresa agraria, lo que hay que hacer para fomentar el campesinado desde la escala local es recuperar el tejido agrario que se ha menospreciado en estas últimas décadas. El proceso de desagrarización está haciendo que no queden las infraestructuras necesarias para que el campesinado pueda desempeñar su tarea con facilidad. En este sentido, es imprescindible reactivar obradores, mataderos, mercados y todo lo que pueda dar servicio a la producción agraria y que sea capaz de alimentar a la población local y cercana.
¿Qué consejo principal darías a las personas que quieren dedicarse al sector agrario o que ya están ahí y quieren mejorar su proyecto?
Les recomendaría que tracen un camino de incorporación con la cabeza, el corazón y las manos: necesitan los tres elementos para poder gestar un proyecto agrario que les proporcione recursos para vivir de forma digna y que permita que la actividad perdure en el tiempo. Por tanto, deben pensar qué modelo productivo seguir, qué orientación adoptar y en qué lugar establecerse; características que a veces vienen dadas y otras a definirlas. También es fundamental sentir qué les motiva: sin vocación, este trabajo pierde buena parte del sentido que le da identidad, y, de hecho, la mayoría de las personas que se incorporan al sector tienen una clara vocación agraria, ya sean nacidas en una explotación agraria familiar o recién llegadas. Por último, hay que arremangarse y currar. Es un oficio que requiere saber de muchas cosas, atención constante, capacidad para gestionar la incertidumbre, aptitudes de emprendimiento, habilidades para producir y vender, y toda una serie de elementos a valorar antes de empezar el camino. Por eso, es tan importante contar con programas como los espacios test agrarios, que ofrecen la oportunidad a las personas emprendedoras de realizar una prueba de la actividad que tienen en la mente y en el corazón. Ponerla en práctica les permite entender si esto es lo que les da energía y reorientar sus proyectos según las necesidades que van surgiendo.
«Es imprescindible reactivar obradores, mataderos, mercados y todo aquello que pueda dar servicio a la producción agraria y que sea capaz de alimentar a la población local y cercana» Neus Monllor
¿Podrías compartir una experiencia memorable o un aprendizaje personal que hayas tenido durante el proceso de investigación para redactar tu guía? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido descubrir en tu búsqueda?
Me ha sorprendido el poco conocimiento que existe desde las entidades locales sobre la realidad del campesinado catalán de hoy. Siento que la mayor parte de las instituciones todavía viven muy lejos del día a día de las personas que trabajan la tierra. Por eso, pienso que esta guía puede ser un buen aliciente para impulsar nuevos relatos, nuevas miradas y, sobre todo, nuevos programas que apoyen al campesinado que ya está establecido y espoleen a más personas a incorporarse.
¿Cómo crees que la guía puede ayudar a los entes locales que quieren impulsar el sector agroalimentario de proximidad? ¿De qué forma concreta te gustaría que influya la guía en el fomento del relevo generacional en el campo y en la atracción de nuevos emprendedores agrarios?
La guía es un documento que invita a la reflexión, al análisis ya la acción. Pienso que si hay personas motivadas y con visión en las entidades locales que quieran apostar por el campesinado cercano, aquí tienen un tesoro. Es una apuesta por poner la vida en el centro. Sin alimentación no vivimos, y sin campesinado, este hecho cotidiano se pone en peligro. Me encantaría que el personal técnico y los cargos políticos que tengan la oportunidad de leer las páginas de la guía se la hicieran suya. Que pidieran, que llamaran allá donde hiciera falta para introducir mejoras desde sus competencias. Que fuesen un activo.
Estos días hemos visto en la calle el malestar de buena parte del campesinado. Y aunque muchas de las cosas que se reivindican no se pueden solucionar desde la escalera local, hay otras que sí. Los ayuntamientos pueden agilizar trámites, invertir en infraestructuras agroalimentarias locales, activar tierras para las nuevas generaciones, abrir nuevos puntos de venta directa, hacer compra pública sostenible, motivar a sus jóvenes a dedicarse al sector, honrar a las generaciones que están para plegar... Se pueden hacer tantas cosas desde la escalera local, que sería absurdo que una persona con responsabilidades en una administración local no haga nada después de leer esta guía. La invito a apostar por la regeneración social agraria. Hoy en día es casi transgresor invertir en el campesinado local, pero es el único camino que tenemos si queremos comer de forma saludable y mantener un territorio vivo.
«Sin alimentación no vivimos, y sin campesinado, este hecho cotidiano se pone en peligro» Neus Monllor
Con la situación actual de bajón de la actividad agraria y la preocupación del campesinado ante problemas tan reales como los costes desmedidos, la burocracia excesiva, los efectos de la sequía, la bajada de los precios en origen, las importaciones que hacen competencia desleal a los productos de proximidad, etc., ¿crees que la nueva generación campesina puede abordar los retos del cambio climático y la sostenibilidad? ¿Cuál crees que es su principal contribución al cambio de modelo y qué necesitan para poder hacerlo?
Los tractores en la calle están haciendo que la sociedad esté cogiendo conciencia de una parte de la problemática que afecta a nuestro campesinado. Las personas que hace tiempo que nos dedican ya lo venimos manifestando en nuestros posicionamientos, en nuestra mirada a los proyectos que apoyamos o con nuestras aportaciones, como es el caso de esta guía. Una de las cosas que tengo clarísimo es que apoyar al nuevo campesinado es apostar por una nueva agricultura, por una mirada agrosocial al modelo productivo, por un respeto a la tierra, a los alimentos, al medio ambiente ya las personas. El futuro del campo no está en dar manga ancha a la agroindustria para que siga contaminando, sino en acompañar al modelo agroindustrial a transitar hacia empresas agrarias más ligadas al territorio, más cercanas a la realidad social de la alimentación saludable y más resilientes frente a los retos climáticos. El nuevo campesinado tiene claro que el camino es aplicar conocimiento más que agroquímicos, cooperar más que competir y tener una visión de largo plazo para poder anticipar lo que está por venir.
Por eso, es tan importante que apoyamos a una nueva generación agraria con una mirada agrosocial, ya sean personas de familia campesina o recién llegadas al campo. Es imprescindible allanar el camino para volver a tener un tejido agrario vivo que garantice una alimentación cercana a la población. Con el sector profundamente erosionado, es esencial que esta nueva generación regenere las prácticas, tanto agronómicas como comerciales. Debemos apostar por modelos que promuevan la vida. Suficientemente será el futuro con los retos que tenemos delante... Por tanto, es necesario proporcionar las herramientas que faciliten el tráfico hacia una nueva agricultura con personas que trabajan la tierra con viabilidad y vidabilidad.
«Apoyar al nuevo campesinado es apostar por una nueva agricultura, por una mirada agrosocial al modelo productivo, por un respeto a la tierra, a los alimentos, al medio ambiente ya las personas» Neus Monllor
¿Cómo esperas que la guía "Nuevo campesinado" pueda contribuir al cambio social y al futuro del campesinado con una mirada humana?
La guía "Nuevo campesinado" se presenta como una contribución significativa en ese momento de transformación y revuelta. La situación en muchas casas de payés es insostenible y estoy convencida de que en los próximos meses veremos cambios, tanto desde las administraciones como desde los colectivos agrarios e incluso desde las personas consumidoras. Por tanto, esta guía puede ser una buena aliada para aquellas personas con responsabilidades en las administraciones locales que quieran dar un paso adelante para apoyar al campesinado de su territorio. La guía proporciona recursos, pero son las personas las que harán posible el cambio. Confío en que este paso llegue y, dentro de un tiempo, podamos ver resultados tangibles. Sin campesinado, nuestra sociedad se empobrece, el territorio queda huérfano y la alimentación se menosprecia. El camino debe ser una buena alfombra roja, tanto para las generaciones que ya están ahí como para las que están por llegar.
— Lola Mayenco —