En la provincia de Barcelona, el 15% de la superficie cultivada es ecológica. Sin embargo, el 66% de esta área se dedica al cultivo de viñedos para la producción de cava y vino, una tendencia creciente que no sigue otros cultivos. Según datos de 2020, la superficie de huerta ecológica en el territorio se ha mantenido sin grandes cambios desde 2015, y, de hecho, este tipo de cultivo se encuentra actualmente a 8 puntos del objetivo marcado por la Unión Europea, que pretende que el 25% de las tierras agrícolas de los Estados miembros se cultiven de forma ecológica antes de 2030.
En el Día Internacional de la Tierra, presentamos a tres campesinos convencidos de la importancia de practicar una agricultura más respetuosa con el medio ambiente. Tienen claro que el futuro será verde o no será, y apuestan a diario por un método de producción de alimentos que está llamado a tener un papel primordial en los próximos años.
Lluís Fisas, payés del Parque Agrario del Bajo Llobregat
Lluís Fisas, Can Fisas. PATXI URIZ | DIPUTACIÓN DE BARCELONA
Lluís Fisas trabaja la tierra en Can Fisas, una preciosa finca inaugurada por su bisabuelo y que, actualmente, es un proyecto agroecológico emblemático. En su casa siempre decían que "quien siembra, recoge", y Lluís ha hecho suyo ese dicho, mientras sonríe al contemplar el fruto de su trabajo. La satisfacción que le produce cultivar de manera ecológica es enorme, sobre todo porque cree que es la forma de agricultura más respetuosa con el medio ambiente y la salud de las personas. Siguiendo esta filosofía, en Can Fisas cultivan al aire libre, de acuerdo con el ritmo de las estaciones y sin sobreexplotar la tierra. Todo lo abonan con estiércol natural y no usan productos químicos de síntesis, como fertilizantes, fungicidas y herbicidas. Además, siembran plantas aromáticas, comestibles y medicinales para atraer a la fauna que se alimenta de las plagas.
Gracias al cuidado que han puesto durante todos estos años, producen alimentos sanos y sostenibles que no sólo abastecen a los vecinos de Molins de Rei, el municipio del Parque Agrario del Bajo Llobregat donde se encuentra la finca, sino también a todos los que se acercan a su parada en el Mercado de la Concepción de Barcelona.
María Rovira, payesa del Parque Rural del Montserrat
María Rovira, De Maria Eco. PATXI URIZ | DIPUTACIÓN DE BARCELONA
Maria Rovira lleva casi treinta años al frente de las tierras de su familia en La Fortesa, un pequeño núcleo de población situado en el municipio de Piera, justo en la frontera entre la comarca del Anoia y el Alt Penedès. Allí cuida la huerta, el viñedo, los olivos y los frutales con la ayuda de Lourdes Gómez, una joven campesina extraordinaria con la que comparte la pasión por las plantas y el placer de producir alimentos ecológicos de máxima calidad.
Entre sus productos estrella se encuentran los tomates, las patatas y las berenjenas, mientras que, entre las frutas, destacan sus melocotones, cerezas, albaricoques, ciruelas y peras, que cultivan en la vertiente sur del Parque Rural del Montserrat. Dicho esto, la oferta varía según la época del año y, por ejemplo, ahora es tiempo de espárragos, ajos tiernos y habitas. Buena parte de la cosecha se vende directamente en la finca, pero también distribuyen a domicilio unas cestas que son todo un sueño.
Maria ama tanto la tierra que su parcela está llena de hierbas y flores por doquier. Cuando alguna planta está débil, la rocía con una decocción de cola de caballo. Para alejar a los caracoles, esparce cáscaras de huevo trituradas y, si necesita regar, lo hace sin motor, siguiendo un sistema de decantación tradicional. Para ella, no existen malas hierbas: todas cumplen una función. Así que plantas que otros agricultores eliminarían, ella las deja estar.
Miquel Riera, payés del Espacio Agrario de la Baja Tordera
Miquel Riera, Horta Pla de Munt. PATXI URIZ | DIPUTACIÓN DE BARCELONA
Hijo de campesinos, Miquel Riera es de esas personas a las que la tierra llama desde muy joven. De hecho, estudió formación profesional agraria y, a los 18 años, ya ejercía su oficio en una finca de las Cinc Sènies de Mataró. Su propio proyecto nació poco después, en 1999, con el apoyo incondicional de su esposa, que estaba embarazada de su primer hijo. En los siete años siguientes, la familia practicó una agricultura más bien convencional, pero todo cambió en 2006. Durante el embarazo de su cuarto hijo, Silvia empezó a sufrir de hipersensibilidad química y, convencidos de que debían descontaminar su entorno, decidieron reconvertir la Horta Pla de Munt a la agricultura ecológica.
Hoy en día, Miquel está orgulloso de la agricultura que practican y se compromete profundamente con un sistema de producción de alimentos que respeta tanto la salud de las personas como la de los ecosistemas. Además, se esfuerza por ofrecer estos productos a un precio razonable. Para ello, dispone en su finca de una agrotienda donde vende las frutas y verduras que cultiva, además de otros alimentos de proximidad. Toda una gama de productos ecológicos de la mejor calidad, que encontrará en el corazón de un paraíso inesperado: el Espacio Agrario de la Baja Tordera.
— Redacción BCN Smart Rural —