Recuperació de pastures a Santa Margarida de Montbui. PATXI URIZ | DIPUTACIÓ DE BARCELONA
Recuperación de pastos en Santa Margarita de Montbui. PATXI URIZ | DIPUTACIÓN DE BARCELONA

El Banco de Tierras del Parque Agrario de la Cuenca de Ódena crece y refuerza el mosaico agroforestal del territorio

La iniciativa cuenta ya con 226 hectáreas para usos agrícolas y ganaderos, un 36% más que hace seis semanas.

La recuperación de tierras en desuso avanza con fuerza en la Conca d’Òdena. El banco de tierras impulsado por el Parque Agrario, con el apoyo de la Diputación de Barcelona y los ayuntamientos del territorio, ofrece ya 226 hectáreas disponibles para usos agrícolas y ganaderos, un 36% más que hace seis semanas. Tras ocho sesiones informativas en varios municipios de la Anoia, el proyecto ha despertado un creciente interés tanto entre propietarios como entre nuevos perfiles profesionales, con 11 personas inscritas formalmente con el objetivo de cultivarlas o pastorearlas. Esta evolución positiva reafirma la apuesta por la dinamización agraria del territorio y su potencial para ofrecer servicios ecosistémicos esenciales.

Las ocho sesiones informativas celebradas durante el mes de junio en distintos municipios de la comarca han sido el catalizador de esta expansión. Desde Vilanova del Camí hasta Òdena, pasando por la Torre de Claramunt, Argençola o Jorba, el equipo técnico ha ofrecido asesoramiento personalizado a quienes querían conocer el funcionamiento del proyecto. Este contacto directo ha permitido no solo incrementar el número de demandantes, sino también identificar nuevas personas propietarias dispuestas a ceder sus fincas. Además, el proyecto ha demostrado su capacidad para generar acuerdos reales: entre los casos gestionados, destacan hitos como facilitar el relevo agrario en una explotación ganadera extensiva.

 

La actividad agraria como servicio ambiental

El aumento de la oferta territorial responde a una creciente conciencia de los beneficios ambientales que conlleva mantener activos los terrenos agrícolas y ganaderos abandonados. Cuando una tierra de cultivo queda en desuso, se pierde mucho más que su capacidad productiva: también se degradan los servicios ecosistémicos que proporciona, como la regulación hídrica, el control de la erosión o la conservación de especies autóctonas. En cambio, la gestión activa del mosaico agroforestal contribuye a la captura de carbono, la fertilidad del suelo, la retención de agua, el mantenimiento de la biodiversidad y la prevención de incendios.

“La dinamización agraria no es solo una estrategia de desarrollo rural, sino una política clave para afrontar la emergencia climática. Cada hectárea que recuperamos es una inversión en salud del territorio, biodiversidad y resiliencia local”, explica Xesco Gomar, presidente delegado del Área de Espacios Naturales e Infraestructura Verde de la Diputación de Barcelona. “La expansión de los bancos de tierras es, cada vez más, una estrategia de futuro para transformar el paisaje, generar oportunidades y adaptarse a los nuevos retos ambientales y sociales”, añade.

La iniciativa sigue abierta a la incorporación de más personas propietarias y profesionales del sector, y prevé un seguimiento minucioso de las solicitudes para facilitar acuerdos estables y viables. En este sentido, el apoyo técnico y jurídico que ofrece el banco de tierras ha sido clave para generar confianza y garantizar que la cesión de fincas se realice con seguridad para todas las partes.
 

Un potencial agrario importante

Según el programa Barcelona Agraria de la Diputación de Barcelona , existe un potencial de casi 3.000 hectáreas recuperables en el Parque Agrario de la Cuenca de Ódena (PACO). Este capital territorial se distribuye entre 500 hectáreas de cultivos, 704 de bosques y 1.756 de pastos, repartidos entre los 16 municipios de la Anoia que forman parte del parque. Estas tierras representan una oportunidad única para revitalizar el sector agrario local, destacando especialmente municipios como Rubió, con 436 hectáreas recuperables; Argençola, con 347; y Òdena, con 316 hectáreas de potencial agrícola y ganadero.

Este proyecto se enmarca en el programa Barcelona Agraria de la Diputación de Barcelona, que trabaja para garantizar la viabilidad económica de la actividad agraria en la provincia y fomentar modelos sostenibles de producción de alimentos. Con iniciativas como esta, la corporación provincial reafirma su compromiso con un desarrollo rural que integre la revitalización del sector primario con la preservación de los servicios ecosistémicos que ofrece un territorio vivo y bien gestionado.

Para más información sobre los bancos de tierras, puedes escribir a Pere Navarro, ingeniero de territorio de la Diputación de Barcelona.

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