En el Día Internacional de los Bosques, nos adentramos en el Parque Rural del Montserrat para conocer a Joan Rius, un joven ganadero de 22 años con una pasión profunda por la naturaleza y los animales. Nacido en Manresa en 2002, Joan representa a la tercera generación que pisa las tierras de Can Còdol, una finca agroforestal de Castellfollit del Boix. Con formación especializada en ganadería en la Escuela Quintanes, Joan ha integrado estas enseñanzas con la sabiduría de sus antepasados, las experiencias adquiridas en una granja en Canadá y las nuevas técnicas aprendidas en el Tall, el obrador compartido de despiece de productos cárnicos impulsado por la Diputación de Barcelona.
La finca, un mosaico de bosques, pastos, viñedos y campos de cereales, es un testimonio vivo de la gestión sostenible del paisaje. Con 350 cabezas de ganado y unas 200 hectáreas de cultivos, Joan y su familia han creado un ecosistema casi autosuficiente que refleja su compromiso con la tierra que les ha visto crecer.
Joan es más que un ganadero; es un custodio del territorio. Desde los recuerdos de infancia con el abuelo paterno hasta los ratos de reflexión frente a la majestuosidad de Montserrat, cada rincón de nuestra conversación está impregnado de historias que hablan de respeto y amor por la naturaleza.
Esta entrevista nos adentra en la vida de un hombre joven con el alma de un sabio, que sabe equilibrar la dureza del trabajo en el campo con los grandes placeres de la vida. Joan Rius es la voz de una nueva generación campesina que, en este día tan especial, mira hacia el futuro sin olvidar de dónde viene. Mientras el mundo celebra la vitalidad de los ecosistemas forestales, Joan nos recuerda la importancia de preservar nuestra conexión con los bosques, los animales y la tierra que nos alimenta.
Can Còdol de Maians es una masía restaurada del siglo XVII situada en medio de Castellfollit del Boix y muy conocida por la belleza del entorno. Junto con tu padre, Josep Rius, llevas una explotación ganadera y agrícola en activo. ¿Cómo se estructura vuestra empresa?
En nuestra finca, tenemos un pequeño rebaño de vacas de pasto y nos dedicamos a la cría y venta al por mayor de terneros. Actualmente, gestionamos 350 cabezas. En cuanto a la agricultura, cultivamos 12 hectáreas de viñas y unas 200 hectáreas de cereales y forrajes. La mayor parte de lo que producimos se reserva para la alimentación de nuestros animales, y actualmente somos autosuficientes en un 70%; es decir, somos capaces de producir el 70% de la comida de las vacas y terneros que tenemos en casa. De hecho, siempre hemos dado mucha importancia a la comida que damos a los animales. Nunca hemos comprado comida de afuera; siempre hemos producido la nuestra. Si no teníamos suficiente comida, no teníamos tanto ganado. Esta práctica de no sobredimensionar nuestra explotación es algo que no hacen muchas explotaciones, pero siempre ha sido importante para nosotros.
«Nunca hemos comprado comida de afuera; siempre hemos producido la nuestra. Si no teníamos suficiente comida, no teníamos tanto ganado » Joan Rius
Eres hijo de ganaderos y representas a la tercera generación, ¿cierto?
Exacto. Todo empezó con mi abuelo, después mi padre y yo quiero continuar con la empresa de casa.
¿Cuál es tu primer recuerdo trabajando en el campo y con los animales?
Yo siempre he ayudado en casa con el ganado. Una experiencia que me marcó fue cuando era pequeño e intenté ayudar durante un saneamiento. Los terneros se pusieron nerviosos y me pasaron por encima. Por suerte, no me hice mucho daño, pero me asusté y comprendí que hay que estar atento con el ganado. Nuestro trabajo puede ser peligroso.
¿Podrías compartir alguna anécdota de tu infancia relacionada con los bosques?
Recuerdo los inviernos con mi abuelo, yendo a buscar leña. Él siempre decía que la leña te calienta tres veces: cuando la cortas, cuando la cargas y cuando la quemas. Recuerdo ir al bosque a buscar leña y almorzar allí una butifarra. Son recuerdos sencillos que te marcan.
Dices que vas a continuar con la tradición familiar. ¿Te has planteado implementar cambios o nuevas metodologías?
Vivimos en un mundo que evoluciona muy rápidamente, pero actualmente las opciones son éstas: u optar por una producción intensiva o adoptar una aproximación más orientada al mercado de venta directa. A mí me gustaría introducir cambios en la empresa para no quedarme estancado y me interesa centrarme en la venta directa. Considero que nuestro producto es muy bueno, pero no está en absoluto valorado. En este sector, los beneficios a menudo acaban en manos de los distribuidores o las grandes superficies, aunque somos nosotros, los campesinos y ganaderos, los que dedicamos todo nuestro esfuerzo a hacer productos de calidad. Por tanto, el principal cambio que quiero implementar es valorizar nuestro producto, ya sea a través de la venta directa o encontrando nuevos mercados, para que se reconozca la calidad de lo que hacemos.
«El principal cambio que quiero implementar es valorizar nuestro producto, ya sea a través de la venta directa o encontrando nuevos mercados, para que se reconozca la calidad de lo que hacemos» Joan Rius
¿Qué formación tienes?
Hace dos años, completé el Ciclo Formativo de Grado Superior en Ganadería en la Escuela de Formación Profesional Quintanes, en Les Masies de Voltregà. Luego, me fui a Canadá para descubrir nuevas formas de producir y enfocar el negocio. Ahora me dedico plenamente a la empresa familiar y este año haré la incorporación como joven campesino.
¿Qué conocimientos adquiriste en Canadá que podrían ser útiles para la empresa familiar?
Trabajé en una granja de vacas de carne con 700 cabezas en la provincia de Alberta, que es muy agraria. Allí las explotaciones son mucho mayores que aquí, pero aprendí mucho sobre distintos métodos de manejo del ganado que podríamos implementar en casa, como dejar más tiempo al ternero con su madre. También vi la importancia de innovar en las razas de ganado.
«En Canadá, aprendí mucho sobre diferentes métodos de manejo del ganado que podríamos implementar en casa, como dejar más tiempo al ternero con su madre» Joan Rius
¿Cómo contribuye la ganadería extensiva a la conservación de los bosques?
La ganadería extensiva es una de las pocas soluciones efectivas para la gestión de los bosques. Catalunya tiene un porcentaje mucho mayor de superficie forestal que hace 30 o 40 años, y, además, con el cambio climático, los bosques han cambiado. Pero no están gestionados adecuadamente y esto nos lleva a incendios cada vez mayores, llegando a los de séptima generación, que son extremadamente violentos y pueden llegar a afectar a viviendas. Si no podemos combatir estos incendios directamente, debemos prevenirlos. La mejor prevención es una buena gestión forestal que incluya la ganadería extensiva para mantener el equilibrio natural del bosque.
¿Qué impacto crees que tiene el pastoreo de vuestros animales en el ecosistema forestal del Parque Rural del Montserrat? ¿Hay alguna práctica específica que implementéis para promover la salud de los bosques?
Tras el incendio de Ódena, que quemó muchas hectáreas, se empezó a gestionar la regeneración del bosque y, más recientemente, se han abierto unas 30 hectáreas de pasto en puntos estratégicos de gestión gracias a un convenio firmado entre los ayuntamientos de la zona, la Asociación de Propietarios Forestales y la Diputación de Barcelona. Y aunque todavía no hemos introducido vacas, estamos preparando los campos para el pasto de cara al próximo año.
¿Podrías compartir alguna experiencia donde hayas observado beneficios reales del pastoreo en los bosques?
El pastoreo nos ayuda a mantener los bosques limpios y cuidados: un bosque con demasiada vegetación se ahoga y no permite un crecimiento saludable. Además, en los incendios, he observado que los fuegos son menos violentos en bosques gestionados con pastoreo, porque hay menos materia orgánica para quemar; esto demuestra la importancia de tener bosques limpios y gestionados, no sólo por su salud, sino también como medida de prevención contra incendios. Además, se han perdido algunas plantas que hace décadas eran comunes en los bosques catalanes, a menudo por la expansión de especies invasoras o por falta de gestión. Los animales, con su pastoreo, ayudan a controlar estas especies y, con sus excrementos, enriquecen la tierra con nitrógeno y semillas, lo que promociona el crecimiento de nuevas plantas. Todo esto contribuye a una mayor biodiversidad.
«El pastoreo nos ayuda a mantener los bosques limpios y cuidados: un bosque con demasiada vegetación se ahoga y no permite un crecimiento saludable» Joan Rius
¿Cómo ves el futuro de la ganadería extensiva frente a los desafíos del cambio climático y la preservación de los espacios naturales? ¿Crees que debería potenciarse más este tipo de ganadería?
Claramente, sí. Creo que es la dirección hacia la que debemos avanzar en Catalunya: apostar por una ganadería más extensiva y una gestión sostenible tanto en la agricultura como en la ganadería. Veo que las Administraciones ya están tomando medidas, como la creación de nuevos pastos por parte de la Diputación de Barcelona, y creo que los ganaderos debemos seguir presionando para que este apoyo aumente. Pero también debemos ser conscientes de que el cambio climático nos afecta. Por ejemplo, si no llueve, no tendremos comida para el ganado. Además, la falta de agua es un problema creciente, incluso en lugares donde antes teníamos rieras naturales donde los animales de pasto podían beber. Estos problemas nos dificultan la tarea y limitan la cantidad de ganado que podemos mantener, afectando a nuestra capacidad de gestionar los bosques.
«Creo que es la dirección hacia la que debemos avanzar en Catalunya: apostar por una ganadería más extensiva y una gestión sostenible tanto en la agricultura como en la ganadería» Joan Rius
¿Cuál es tu opinión sobre las políticas actuales de gestión forestal y cómo crees que podrían mejorar para integrar mejor la ganadería extensiva?
Por ejemplo, con las ayudas de la PAC, la Política Agraria Común, existe un desconocimiento sobre la realidad de nuestros bosques. En Europa no se entiende que un bosque con árboles pueda ser considerado pasto y esto nos impide recibir subvenciones para gestionar estos bosques. ¡Es necesario que entiendan que la situación aquí es diferente a la de Alemania! Y, en Catalunya, el Gobierno debe comprometerse y apoyar a los propietarios de bosques para promover una gestión adecuada y, a la vez, ayudar a los campesinos. Sin campesinado, el paisaje natural gestionado que tenemos hoy desaparecerá. Las políticas actuales están condenando al campesinado casi a la extinción. Cada día pliegan más ganaderos y agricultores, lo que provoca que el número de bosques y campos abandonados aumente aún más.
¿Interactúas con otros actores del territorio para asegurar una gestión sostenible de los bosques de casa?
Sí, especialmente a través de mi padre, que está muy involucrado con el sector forestal y dentro del Centro de la Propiedad Forestal. A pesar de ser relativamente nuevo en esto, yo ya tengo algunos contactos y estoy aprendiendo.
¿Tienes algún sitio favorito dentro de los bosques de casa donde te guste relajarte o reflexionar?
Sí, la Roureda es uno de mis rincones preferidos, un bosque de robles y encinas. También me gusta el collado que hay sobre mi casa, desde donde se puede ver Montserrat, la Cuenca de Ódena y Manresa. Es un lugar donde siempre han pastado las vacas y está muy bien cuidado.
¿Cómo equilibras la vida personal con la laboral en un sector tan exigente como la ganadería?
Cuesta, pero va por épocas. Cuando hay más trabajo, tengo que dejar de lado cosas personales, pero también hay momentos que me permiten hacer lo que me gusta. El trabajo de campo es muy sacrificado, pero estoy acostumbrado y lo llevo bien. En mi tiempo libre, me gusta ir en moto, en bici y esquiar. Me gusta el deporte extremo y, cuando puedo, me escapo con mis amigos.
Tu padre es reconocido por su dedicación a la ganadería y su pasión por la conservación de los bosques. ¿Cuál es la lección más valiosa que has aprendido de él?
La pasión por preservar nuestro entorno es lo más importante que me ha enseñado. Él siempre ha trabajado incansablemente para cuidar el territorio que amamos y esto me ha generado el mismo deseo de proteger un entorno tan único como el nuestro.
«La pasión por preservar nuestro entorno es lo más importante que me ha enseñado mi padre» Joan Rius
Fue tu padre, precisamente, quien te habló del Tall, la sala de despiece de productos cárnicos impulsada por la Diputación de Barcelona, ¿verdad?
Sí, mi padre, que está muy involucrado en varios proyectos, me explicó que en Marganell se había creado un obrador compartido en el que se ofrecían cursos gratuitos a los campesinos y ganaderos para formarse y poder utilizar la sala. Me pareció una buena oportunidad, puesto que encaja con mi visión de futuro, que incluye el corte y la preparación de la carne para venderla directamente. Decidí apuntarme al curso y estoy encantado con todo lo que aprendí.
¿Consideras que las salas de despiece compartidas son equipamientos útiles para los pequeños ganaderos como vosotros?
¡Por supuesto! Creo que deberíamos tomar ejemplo de países como Francia o Alemania, donde los equipamientos de transformación agroalimentaria están más distribuidos por todo el territorio. Esto nos permite a los agricultores obtener un beneficio justo para nuestro trabajo. Si evitamos intermediarios y vendemos directamente en mercados, tiendas y asociaciones locales, el precio que recibimos por nuestra carne es mucho mejor. Éste es el camino que debemos seguir, alejándonos de las granjas que se dedican a la sobreproducción.
«Si evitamos intermediarios y vendemos directamente en mercados, tiendas y asociaciones locales, el precio que recibimos por nuestra carne es mucho mejor» Joan Rius
¿Podrías explicar de forma sencilla cómo funciona la sala de despiece compartida?
Los ganaderos interesados en procesar personalmente su carne y preparar lotes para la venta se inscriben, pagan el servicio y pueden utilizar el espacio. Usar la sala representa un ahorro significativo para los payeses, ya que no necesitan disponer de una instalación propia en casa. Además va muy bien, porque vas a la sala y puedes procesar tu carne fácilmente.
Compartir espacio también facilita la colaboración con otros ganaderos y campesinos. ¿Crees que esto puede crear sinergias?
Sí, utilizar la sala es bueno para establecer contactos y aprender otros. Como agricultores, es fundamental que nos apoyemos mutuamente. Teniendo en cuenta que, en Catalunya, sólo un 1% de la población activa trabaja en el campo, es esencial que nos ayudemos entre nosotros y tejamos redes de apoyo.
Hasta que ha entrado en funcionamiento la sala de despiece, ¿cómo gestionabais la transformación, distribución y venta de vuestra producción de carne?
Nosotros nos dedicamos principalmente a la cría de ternera de engorde, que vendemos en el mercado mayorista, la única opción viable que hemos encontrado hasta ahora. También tenemos un pequeño rebaño de vacas de pasto que viven libres todo el año por los bosques de casa y arrendados. Anteriormente, contratábamos los servicios de un profesional para procesar la carne y preparar lotes con las terneras nacidas en nuestra granja, pero tuvimos que desistir de esta práctica debido a los altos costes y la complejidad de los trámites involucrados. Mi intención es reanudar esta actividad, especialmente ahora que disponemos de instalaciones como el obrador compartido del Parque Rural del Montserrat, que es una gran ayuda.
Además de incrementar los costes, tener que transportar a los animales para sacrificarlos en un sitio y procesarlos en otro, ¿crees que puede generarles estrés y afectar a la calidad de la carne?
Exactamente. Si no se dispone de instalaciones cerca, el traslado de animales puede tener un impacto negativo en la calidad de la carne. Sin embargo, si todo está más centralizado dentro de un municipio o una zona, mejorará la calidad de la carne.
Antes has mencionado la importancia de revalorizar la calidad de la carne y los productos de proximidad. ¿Te parece que existe una mayor conciencia en este aspecto, con más personas dispuestas a pagar un precio justo e interesadas en el origen de lo que comen?
Es cierto que la tendencia hacia la compra de productos locales, especialmente carne, está aumentando. Sin embargo, todavía hay mucha gente que, por necesidad o costumbre, opta por comprar carne a precios muy bajos, sin considerar su origen. Creo que haría falta una mayor conciencia desde la base, empezando por la educación en escuelas y otros centros, sobre lo que realmente implica y cuesta criar a un animal o producir leche. Hacer este trabajo implica trabajar muchas horas a los campesinos y debería pagarse un precio justo por nuestros productos. Aunque cada vez más personas quieren saber de dónde provienen sus alimentos, muchas seguirán consumiendo "carne de bandeja", como digo yo.
«Creo que haría falta una mayor conciencia desde la base, empezando por la educación en escuelas y otros centros, sobre lo que realmente implica y cuesta criar a un animal o producir leche» Joan Rius
También parece que existe un discurso creciente, desde varios sectores, que recomienda reducir el consumo de carne. Cuando escuchas esto, ¿qué piensas?
Es evidente que la producción actual de carne es excesiva y que, en general, se consume demasiado. Pero mi consejo a la gente que quiere reducir el consumo de carne es que elija carne de calidad, es decir, carne de animales que han tenido una vida digna. Si comes menos carne, asegúrate de conocer su origen.
¿Cómo ves el sector de la ganadería extensiva actualmente?
Sinceramente, durante muchos años se han hecho mal las cosas, dando permisos a granjas de gran capacidad y subvenciones que no siempre fomentan prácticas sostenibles. Y debemos cambiar el modelo de agricultura y ganadería que tenemos, porque, si no lo hacemos, la actividad de los pequeños productores será insostenible. Las administraciones deberían ayudarnos más, apoyando a las pequeñas empresas que quieren nacer y valorizar sus productos, además de hacer gestión forestal a través del pasto, en lugar de apoyar granjas intensivas gigantes que acaban exportando gran parte de su producción.
Como joven ganadero que está en proceso de realizar el relevo generacional en la explotación familiar, ¿cuál es tu visión sobre la falta de sucesión en el sector primario?
En el mundo rural, dejar el trabajo puede resultar difícil. Mis abuelos, por ejemplo, siempre han estado vinculados a la tierra, incluso después de la jubilación, y creo que es un error: las responsabilidades deben pasarse correctamente desde el principio. Además, existe una falta de interés en el oficio: la gente no quiere trabajar más de ocho horas al día por un salario que no permite ni comprar lo básico. Por eso, es fundamental cambiar la valoración de nuestros productos, porque los campesinos debemos poder ganarnos la vida con nuestro trabajo.
En tu caso, ¿te dedicas al campo para seguir la tradición familiar o existe también una vocación personal y el deseo de vivir y trabajar en el mundo rural?
Esto te debe gustar. Yo toda la vida he vivido en el campo y, sinceramente, me voy un par de horas a Barcelona y vuelvo con dolor de cabeza. Es cierto que antes he mencionado que me paso más de ocho horas trabajando, pero yo estoy a gusto, porque me dedico a lo que me gusta. Me encanta cuidar del ganado y trabajar la tierra. Creo que esa pasión la llevas dentro. Si has crecido en este entorno, te aporta muchas ventajas desde pequeño, tanto en aprendizajes como en experiencias. Y eso te motiva a querer continuar, a hacer bien las cosas, a cuidar del ganado y a sacar adelante la empresa familiar.
«Si has crecido en este entorno, te aporta muchas ventajas desde pequeño, tanto en aprendizajes como en experiencias. Y esto te motiva a querer continuar, a hacer las cosas bien, a cuidar del ganado y a sacar adelante la empresa familiar» Joan Rius
¿Crees que si hubiera más jóvenes ganaderos con tu mentalidad, esto beneficiaría al territorio y a la sociedad?
Los ganaderos somos conscientes de que, si queremos dedicarnos a esto, las cosas deben cambiar, puesto que el modelo actual es insostenible. Veo a muchos jóvenes del sector motivados y con ganas de cambiar las cosas. Pero es necesario que se nos dé la oportunidad. Las administraciones y los consumidores deben ser conscientes de lo que compran y del valor de nuestros productos.
¿Qué valor le das a la iniciativa de BCN Smart Rural para impulsar en el territorio una red de obradores compartidos?
Actuaciones como ésta son fundamentales para ayudar a los profesionales del sector, especialmente a los jóvenes que comienzan y quieren dedicarse a la venta directa. Este tipo de equipamientos nos facilitan mucho las cosas y deberían volver a implementarse. De hecho, si echamos la vista atrás, hace 40 años, había una sala de despiece casi en cada municipio.
Una sala de despiece compartida, ¿puede abrir un abanico de oportunidades de negocio?
Sí, este tipo de equipamientos te permite gestionar tú mismo la producción y optar por venderla directamente. Pero hay que reconocer que encontrar a tus propios clientes no es tarea fácil. Y, al fin y al cabo, nuestro trabajo principal no es ser carniceros ni comerciantes. Lo que nosotros queremos hacer es cuidar a los animales, pero debemos dedicarnos también a la venta para que nos paguen un poco mejor nuestros productos.
— Lola Mayenco —