Los saludos de la SCCL
Les Refardes es una cooperativa con sede en Mura, en el Bages, que coordina la producción de semillas de variedades locales en 18 fincas distribuidas por toda Cataluña. La mayoría de ellas se dedican a la venta de verduras de proximidad ecológicas certificadas.
Se sabe que desde hace años y particularmente en las áreas más urbanizadas del planeta venimos sufriendo un retroceso en términos de biodiversidad cultivada, es decir, en la diversidad de variedades y especies que cultivamos, principalmente para usos culinarios (pero no exclusivamente, también pueden ser medicinales, de utillaje, simbólicos u otros), de hecho, se estima que el 75% del patrimonio genético agrícola ya se ha perdido. Este hecho está asociado a la homogeneización de la dieta y a la expansión del modelo industrial de producción de alimentos a escala mundial, privilegiando el uso de unas pocas semillas mejoradas y estandarizadas bajo criterios de producción por delante de las variedades locales propias de cada territorio, más heterogéneas y diversas.
Las variedades locales, tradicionales, antiguas, campesinas, libres o campestres se adaptan mejor a las condiciones de la agricultura orgánica y son un elemento clave para la resiliencia y la soberanía alimentaria de los territorios. Porque no se han seleccionado buscando únicamente la productividad, sino también los usos y cualidades específicas que satisfagan las demandas del agrosistema y que se puedan distribuir libremente. Por otro lado, diversifican la base alimentaria de las sociedades tradicionales y actuales.
A principios de la década de 2000, había muy pocas iniciativas en Cataluña y España que trabajaran en la conservación de la biodiversidad cultivada. Por aquel entonces, en la Escuela de Agricultura de Manresa se estaban realizando prospecciones de variedades locales en el Bages. De hecho, de este pequeño ecosistema agroecológico del Bages surgió en 2002 el proyecto Esporus, un banco de semillas ubicado en Manresa impulsado por la ERA, la Asociación de Recursos Agroecológicos. Ester, socia fundadora de los Refardes que en ese momento trabajaba en la Escuela de Agricultura junto con Ernest, el otro socio fundador de Les Refardes, decidió impulsar un proyecto que cubría uno de los vacíos que detectaron en su momento: la prospección y recolección de semillas y el conocimiento asociado se estaba replicando y conservando en los bancos de semillas, pero por el momento no había ninguna iniciativa para promover a pequeña escala o promedio su uso y que las hiciera llegar a un un público más amplio o al mismo campesinado.
Creían que crear un proyecto centrado principalmente en la replicación y comercialización de las semillas de las variedades locales ayudaría a renormalizar su uso y, por lo tanto, a preservarlas in vivo: extendiendo nuevamente su cultivo y consumo, convirtiéndolas en semillas vivas. Así nació en 2003 el proyecto de Les
Refardes.
El objetivo principal del proyecto es conservar vivo el patrimonio genético agrícola y la biodiversidad cultivada, evitando al mismo tiempo la erosión genética y la homogeneización.
Lo hacen mediante la multiplicación, la comercialización y la administración de variedades de semillas locales y tradicionales.
- A pesar de las dificultades burocráticas relacionadas con la comercialización de las semillas tradicionales, se trata de un patrimonio que hay que seguir luchando por preservar. Después de casi veinte años, las variedades locales y tradicionales son más conocidas y valoradas. Sin embargo, sigue siendo muy necesaria la revalorización del trabajo de los agricultores y un papel más positivo y activo por parte de las administraciones
- Ahora que han estabilizado el proyecto, no se imaginan seguir creciendo, sino que hay nuevos proyectos como Les Refardes que multiplican y comercializan más semillas en otros territorios de Cataluña.
En 2003 se constituyeron como una asociación sin aportación de capital inicial. El proyecto comenzó principalmente gracias a las horas de dedicación no asalariadas de los dos fundadores.
A medida que el proyecto fue ganando capacidad económica, empezaron a poder tener una dedicación asalariada (a partir del cuarto año). Hasta el quinto año no era un proyecto que pudiera mantener a dos trabajadores a tiempo completo.
Además de las contribuciones iniciales en forma de dedicación voluntaria y del hecho de reducir los costos productivos gracias a la obtención de una granja, también accedieron a financiación externa. Entre ellas destacan:
- 3.000€ al año durante los 3 primeros años a través de una subvención de la Fundación Territori i Landscape.
- Durante los primeros años, obtuvieron el apoyo de algunas administraciones para continuar con parte de las tareas de prospección: por ejemplo, en el Pallars gracias al apoyo del Consejo Comarcal o en Mura con el apoyo de la Diputación de Barcelona.
- En 2016 obtuvieron una subvención del Proyecto Singulars de la Generalitat de Cataluña, de 60.000€, que les permitió contratar a una quinta persona en ese momento.
Actualmente, es un proyecto que se sustenta principalmente gracias a la actividad económica que se genera a partir de la comercialización de semillas.
Asimismo, siguen optando por subvenciones o subvenciones que les permitan desarrollar más las tareas relacionadas con la investigación, la difusión e incluso la producción (aunque expresan muchas dificultades para obtener financiación externa para esta última).