Los incendios forestales del verano no se apagan sólo en verano: es necesario trabajar todo el año. Bomberos, ingenieros, informadores, vigías, agentes rurales, voluntarios y, sobre todo, expertos en prevención, son muy conscientes de que las medidas tomadas durante los meses de invierno son cruciales para detener los fuegos de mañana y se preguntan si las actuaciones realizadas tradicionalmente son suficientes frente a la amenaza que suponen los grandes incendios forestales. A medida que el calentamiento global incrementa la vulnerabilidad de los bosques mediterráneos, ¿qué soluciones es necesario implementar para garantizar una buena preservación del paisaje?
La sexta Cata de Datos BCN Smart Rural, titulada “A prueba de fuego”, parte de esta cuestión y se detiene a analizar el estado del mosaico agroforestal en la demarcación de Barcelona. A continuación, evalúa la extensión real de los incendios forestales en el territorio y comparte datos de las comarcas barcelonesas con más rebaños pastando en los bosques para intentar averiguar si éstas sufren menos incendios. Finalmente, estudia la superficie forestal realmente gestionada sobre el terreno en los últimos 10 años.
Según este estudio, el mosaico de cultivos, pastos y bosques era el paisaje predominante en la demarcación de Barcelona en los años cincuenta del siglo pasado, pero este equilibrio se ha perdido: en la actualidad, sólo 78 de los 311 municipios de la demarcación disfrutan de un paisaje en mosaico, lo que representa un 25% del total. En cambio, entre 1956 y 2018, el número de municipios con un paisaje eminentemente forestal ha pasado de 104 a 193, lo que representa un aumento del 84% en sesenta y dos años. Hoy en día, nueve de las doce comarcas barcelonesas presentan un paisaje eminentemente forestal y son el Berguedà, el Moianès, Osona, el Bages, el Baix Llobregat, el Garraf, el Maresme, el Vallès Occidental y el Vallès Oriental. De las tres restantes, el Alt Penedès y el Anoia todavía conservan un paisaje en mosaico, mientras que el Barcelonès muestra un paisaje urbanizado.
Aparte de estos datos destacados, otros resultados interesantes que se desprenden del nuevo informe de análisis elaborado por el equipo BCN Smart Rural son los siguientes:
- El 45% de los municipios de la demarcación de Barcelona han cambiado su índice de mosaico entre 1956 y 2018 , y, de éstos, más de la mitad han pasado de un paisaje en mosaico a uno forestal. El retroceso del mosaico agroforestal a favor de un paisaje homogeneizado basado en masas arboladas continuas es generalizado.
- Si nos detenemos a analizar específicamente los municipios que disfrutaban de un paisaje agrario en 1956 y ahora tienen un paisaje forestal, encontramos una lista encabezada por seis municipios de una misma comarca: el Maresme. Son, concretamente, Canet de Mar, Montgat, Arenys de Mar, Sant Pol de Mar, Teià y Mataró. También destaca Badalona, una ciudad del Barcelonés que ha sufrido una importante pérdida de su patrimonio agrícola.
- Entre 2001 y 2021, la comarca más afectada por los incendios es el Bages: con 5.442 hectáreas quemadas, representa el 33% del total. Le siguen el Anoia, con 3.565, y el Vallès Occidental, con 2.708. La comarca que menos ha sufrido el alcance de las llamas es el Vallès Oriental: en los últimos veinte años, sólo se han quemado 53 hectáreas. Le siguen Osona, el Barcelonès y el Maresme.
- Los municipios con mayor superficie incendiada tienen un paisaje eminentemente forestal: de las 16.494 hectáreas quemadas en veinte años, 12.329 se encuentran en medio de un paisaje forestal. En las poblaciones que gozan de un paisaje en mosaico sólo se han incendiado 3.289 hectáreas. Y en los municipios con paisaje agrícola, 732 hectáreas.
"Los municipios menos afectados por las llamas son los que tienen un paisaje más agrícola"
- Actualmente, la demarcación de Barcelona está muy cerca de tener suficientes animales pastando en extensivo para reducir la cantidad de vegetación con potencial combustible que se acumula en los bosques y su conservación más duradera. Dicho esto, debería fomentarse la presencia de rebaños en todo el territorio, ya que el 78% de las explotaciones en extensivo se concentran en dos de las doce comarcas barcelonesas. Son Osona y el Berguedà, dos de las comarcas que menos han sufrido el alcance de las llamas en los últimos veinte años.
- La superficie forestal en la demarcación de Barcelona es de 514.000 hectáreas. De éstas, el 95% son de titularidad privada, un porcentaje que supera con creces al del total de Cataluña, que es del 76%.
"El 95% de los bosques de la demarcación de Barcelona son de titularidad privada"
- En la demarcación de Barcelona, el 44% de la superficie forestal está incluida en planes de ordenación ; concretamente, 231.851 hectáreas. Este porcentaje desciende al 32% en el conjunto de Catalunya, donde 1.416.831 hectáreas no están planificadas por ningún instrumento de ordenación forestal.
- En las comarcas barcelonesas, la superficie realmente gestionada sobre el terreno es bastante inferior a la superficie incluida en planes de ordenación: entre 2011 y 2020, se ha actuado en el 35% de los bosques del territorio. Concretamente, se han realizado trabajos en 137.676 hectáreas. Dicho esto, el porcentaje supera al de toda Catalunya, que es del 28%.
- Actualmente, la Diputación de Barcelona prioriza la gestión forestal en las zonas definidas como Áreas de Gestión Prioritaria (AGP). Éstas han nacido con el objetivo esencial de garantizar a corto y medio plazo que todos los bosques situados en ámbitos de elevado riesgo de incendio están gestionados y preparados para hacer frente a los grandes fuegos. Además, también se promueve la ganadería extensiva mediante acuerdos de pastoreo entre los propietarios y pastores y ganaderos locales.
- Los datos de gestión forestal en la demarcación de Barcelona ponen de manifiesto que, anualmente, se gestiona una media de cerca de 14.000 hectáreas. El 2013 es el año en que menos bosques se gestionaron: 10.604 hectáreas. Este dato se duplicó en 2020, el año en que más superficie forestal se gestionó en el territorio.
- Entre 2011 y 2020, la Diputación de Barcelona ha gestionado cerca de 14.500 hectáreas a través de las Asociaciones de Propietarios Forestales. Por comarcas, la corporación ha efectuado más trabajos en el Bages, con 4.406 hectáreas gestionadas. Esta priorización tiene en cuenta que el territorio ha sufrido importantes incendios forestales en el pasado: como hemos apuntado antes, el Bages es la comarca barcelonesa donde se ha quemado más superficie forestal en los últimos veinte años.
El origen de los datos
Para la realización del presente informe de análisis, se ha empezado estudiando cómo ha cambiado el paisaje de la demarcación de Barcelona en los últimos sesenta años. Con este objetivo, los expertos en datos responsables del estudio se han basado en los mapas de cubiertas de 1956 y 2018. A partir de aquí, han relacionado la superficie agrícola con la superficie forestal de cada municipio y, para facilitar la comprensión de los resultados, han creado un nuevo indicador que han llamado “Índice de mosaico”. Este marcador les permitió determinar el tipo de paisaje predominante en cada municipio de las comarcas barcelonesas y les fue muy útil a la hora de valorar el estado de salud actual del mosaico agroforestal y su evolución a lo largo de los años. También les ha servido para entender qué tipo de paisaje sufre más incendios forestales: el agrícola, el forestal o el mosaico agroforestal.
Para analizar la extensión real de los incendios forestales en la demarcación de Barcelona, se han utilizado las bases cartográficas de incendios forestales de la Generalidad de Catalunya para los años 2001-2018 y se han completado con los datos del Plan de información y vigilancia contra incendios forestales de la Diputación de Barcelona para los años 2019-2021.
Las cifras de superficie de pastos son las que constan en el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIGPAC), mientras que la capacidad de los pastos del territorio para alimentar rebaños en extensivo se han analizado a partir de datos facilitados por el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural relativas al Registro de explotaciones ganaderas y la metodología facilitada por el Centro Tecnológico y Forestal de Catalunya.
Para estudiar la gestión que se ha realizado en los bosques catalanes durante los últimos diez años, se han utilizado datos del Observatorio Forestal de Catalunya, que recoge cifras facilitadas por el Centro de Propiedad Forestal (CPF) y el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalidad de Catalunya. Estos datos se detallaron por comarca, con un apartado dedicado a las comarcas de toda Cataluña y otro para las que pertenecen a la demarcación de Barcelona. También se ha incorporado información sobre la propiedad de los bosques, además de especificar si la superficie forestal se encuentra o no en un plan de ordenación.
El informe de análisis termina con cifras referentes a la gestión forestal que realiza la Diputación de Barcelona a través de la Oficina Técnica de Prevención Municipal de Incendios Forestales y Desarrollo Agrario.
La necesidad de fomentar la ganadería extensiva
El estudio de los datos referentes a la relación entre el paisaje en mosaico y la incidencia de los incendios forestales nos permite ver con claridad la importancia de la gestión de los bosques y el fomento de la ganadería extensiva, ya sea dentro del bosque o en zonas de pasto. De hecho, las cifras hablan por sí solas: las dos comarcas en las que se suman estas dos actuaciones muestran los datos de incendios forestales más favorables. Se trata de Osona y el Berguedà.
Desgraciadamente, en esta degustación de datos hemos podido comprobar la pérdida progresiva de mosaico agroforestal, la realidad de unos bosques muy extensos y poco gestionados, y una presencia de rebaños en extensivo que se concentra sobre todo en una zona muy concreta del territorio: aparte de Osona y el Berguedà, el resto de comarcas no cuentan con vacas, ovejas y cabras suficientes para garantizar la preservación de su paisaje.
Como afirma Sònia Callau, responsable de la Dirección Territorial Agraria de la Diputación de Barcelona, «la delimitación de las áreas forestales donde se debe priorizar la gestión (las llamadas AGP), el establecimiento de acuerdos con los propietarios para promover que los bosques privados estén bien gestionados y el fomento de la ganadería extensiva en estas zonas de especial riesgo, mediante acuerdos con los propietarios forestales y los pastores y ganaderos, son medidas que pueden mejorar la capacidad de nuestros bosques de hacer frente a la amenaza que suponen los grandes incendios forestales. Dicho esto, todavía queda mucho trabajo por delante, como demuestran los datos. Es clave que propietarios forestales, el sector de la ganadería extensiva y las administraciones trabajemos juntos para hacer frente a este gran reto que tenemos por delante».
En este sentido, es importante destacar también el papel que juegan los bosques y espacios agrarios en el secuestro de carbono atmosférico, así como la incidencia que desempeñan los incendios forestales en la generación de emisiones de gases de efecto invernadero. Si sumamos todos estos factores, podemos entender mejor la importancia de regenerar el mosaico agroforestal del territorio y la decidida apuesta de la Diputación de Barcelona por mejorar el equilibrio de bosques, pastos y campos de cultivo.
Para más información sobre estos datos, puedes escribir a Lucía Nieto y Daniel Farré, ingenieros de territorio y expertos GIS de la estrategia BCN Smart Rural.
— Redacción BCN Smart Rural —