Hoy se cumplen 25 años desde la constitución oficial del primer espacio agrario gestionado en Catalunya. Comprometido con la preservación de la actividad agraria, el medio ambiente y la producción de alimentos de proximidad, el parque agrario es un referente en el corazón rural del Bajo Llobregat.
Hoy, 26 de junio, celebramos un doble aniversario de gran importancia para el Parque Agrario del Bajo Llobregat (PABLL). Por un lado, conmemoramos los 25 años de su constitución oficial como un espacio emblemático, cuyo objetivo es proteger y promover la gestión conjunta de los campos de cultivo del valle bajo y el delta del Llobregat. Además, este año también celebramos los 30 años desde la definición formal del concepto de "Parque Agrario", reconocido en el informe del Consejo de Protección de la Naturaleza de la Generalitat de Catalunya el 1 de julio de 1993, dentro del Plan Territorial General de Catalunya. Esta figura de gestión ha sido fundamental para el campesinado de las comarcas barcelonesas y para los espacios agrarios en general, despertando el interés de numerosas instituciones tanto a nivel nacional como internacional. A lo largo de los años, el parque ha recibido múltiples visitas y ha sido invitado a participar en jornadas, seminarios y congresos en todo el mundo, lo que refleja el interés en conocer su modelo de gestión y desarrollo. Con 25 años de trayectoria, esta iniciativa sigue creciendo con fuerza.
En estos 25 años, el Parque Agrario del Bajo Llobregat ha impulsado importantes avances en el ámbito de la agricultura sostenible y el desarrollo rural en la comarca. Gracias al trabajo incansable del Consorcio, órgano gestor del parque, se han implementado diversas iniciativas y políticas que han contribuido significativamente a la protección y promoción de la agricultura de proximidad y respetuosa con el medio ambiente.
Uno de los logros más destacados ha sido la consolidación de un modelo agrario basado en la sostenibilidad. Con una visión a largo plazo, el Consorcio del PABLL ha diseñado estrategias que promueven prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, fomentando el uso eficiente de los recursos naturales, la preservación de la biodiversidad y la reducción del impacto ambiental. Además, se han implementado programas de asesoramiento y apoyo técnico para los agricultores, con el objetivo de mejorar su capacidad productiva y competitiva. A través de la formación y el acompañamiento, se han introducido prácticas innovadoras y tecnologías verdes que permiten aumentar la eficiencia en la producción agrícola, reduciendo el uso de pesticidas y otros productos químicos.
Por otra parte, el Consorcio ha desempeñado un papel clave en la dinamización económica y social de los municipios que forman parte del parque. Se han promovido actividades de diversificación agraria y valorización de productos locales, potenciando la venta directa y los circuitos cortos de distribución. Estas iniciativas han fortalecido los lazos entre el campesinado y la población local, además de generar un mayor reconocimiento y aprecio por los alimentos que se producen en la zona.
La historia del Parque Agrario del Bajo Llobregat tiene sus raíces en una iniciativa de la Diputación de Barcelona, que en abril de 1996 propuso al Consejo Comarcal del Baix Llobregat y a la Unió de Pagesos presentarse a una convocatoria del programa LIFE para la conservación, mejora y promoción económica de las zonas agrícolas del Delta y el Valle Bajo del río Llobregat. La iniciativa obtuvo una subvención de 56 millones de pesetas por parte de la Unión Europea y culminó dos años después, el 26 de junio de 1998, cuando se constituyó oficialmente el consorcio que gestionaría el primer parque agrario de Catalunya.
Durante los meses siguientes, el PABLL continuó su proceso de consolidación, centrado en el establecimiento de dos pilares fundamentales: el Plan Especial, que define el ámbito de actuación y sirve como herramienta de ordenación urbanística, y el Plan de Gestión y Desarrollo (PGD), que marca las líneas de trabajo del ente gestor. Tras un intenso debate y concertación entre los tres principales promotores del parque, en septiembre de 1998 se publicó el PGD, que estableció las directrices para su implementación.
La creación del Consorcio del Parque Agrario del Bajo Llobregat supuso un punto de inflexión en la concepción del papel de los gobiernos locales en la transformación de los sistemas agroalimentarios. Pero, sobre todo, proporcionó herramientas para proteger y gestionar de forma conjunta los espacios agrarios periurbanos.
El Plan de Gestión y Desarrollo definió el objetivo general del parque agrario como "consolidar y desarrollar la base territorial y facilitar la continuidad de la actividad agraria, impulsando programas específicos que preserven los valores y funciones del espacio agrario en el marco de una agricultura sostenible integrada en el territorio y en armonía con el medio natural". Para alcanzar este objetivo, se establecieron cinco líneas estratégicas, que aún hoy se mantienen vigentes: mejorar la eficiencia de las infraestructuras y servicios del territorio agrario; promover sistemas de producción y comercialización que incrementen las rentas agrarias; modernizar las explotaciones para mejorar su viabilidad; integrar el espacio agrario en el entorno territorial y ambiental; y preservar y divulgar el patrimonio natural y cultural del parque.
Estas cinco líneas estratégicas se desarrollan a través de 17 objetivos específicos y 47 medidas de actuación, recogidos en los estudios realizados previamente a la creación del parque. Este conjunto de acciones demuestra el compromiso del Parque Agrario del Bajo Llobregat con la preservación del patrimonio agrícola, la promoción de prácticas respetuosas con el medio ambiente y el fomento de la producción de alimentos de proximidad.
Con el paso del tiempo, el Parque Agrario del Bajo Llobregat se ha consolidado como un referente en agricultura periurbana sostenible, gracias a la colaboración entre las diversas instituciones involucradas. Actualmente, la iniciativa continúa liderada por la Diputación de Barcelona, el Consejo Comarcal del Bajo Llobregat, la Generalitat de Catalunya (Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural), el Área Metropolitana de Barcelona, la Unió de Pagesos y catorce municipios del territorio: Castelldefels, Cornellà de Llobregat, Gavà, L'Hospitalet de Llobregat, Molinos de Rey, Pallejà, El Papiol, El Prat de Llobregat, San Boi de Llobregat, San Feliu de Llobregat, San Juan Despí, San Vicente dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Viladecans. En total, ocupa una superficie de 3.490 hectáreas, lo que representa el 2% de la superficie agraria de la provincia de Barcelona.
Las comarcas de Barcelona cuentan con nueve espacios agrarios gestionados, seis de ellos creados con el apoyo de la Diputación de Barcelona: el Parque Agrario del Bajo Llobregat, el Parque Rural del Montserrat, el Espacio Agrario de la Baja Tordera, el Parque Agrario de la Cuenca de Ódena y el Parque Rural del Prepirineo Catalán. Estos espacios ocupan un total de 106.674 hectáreas y abastecen a 62 municipios con alimentos de proximidad.
Para más información sobre la red de parques agrarios que impulsa la Diputación de Barcelona, puedes escribir a Sònia Callau, responsable de la Dirección Territorial Agraria de la Diputación de Barcelona y coordinadora de la estrategia BCN Smart Rural.
— Redacción BCN Smart Rural —
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